Fashion News Victims

Dentro de poco comenzarán a ahogarse en masa niños atrapados en las tuberías de las piscinas; arderán más bosques de los que caben en toda la península; los perros recuperarán su gusto por el sabor de la carne humana y los jugadores de rol sufrirán de nuevo un brote esquizofrénico y sincronizarán sus relojes para comenzar a cargarse a la peña.

Violaciones de ancianas; medusas asesinas; secuestros express; alunizajes; atracos a pacíficos turistas alemanes; ajustes de cuentas entre inmigrantes; vendedores de droga en la puerta del colegio; cocodrilos que salen por la taza del váter o quizá, la gripe aviar.

Estoy ansioso. ¿Cuál será la elección para este verano? ¿A lo retro o quizá surgirá una tendencia nueva? Lo de los robos en chalets de lujo con secuestro parcial y un par de hostias apunta alto. Claro que aún no ha dado tiempo a que nadie encienda una barbacoa con una lata de gasolina chorreante...

De pequeño creía que estas cosas pasaban de verdad. Quiero decir, que por algún motivo universal, los planetas se alineaban para que a todos los perros del mundo se les cruzara el cable a la vez y decidieran aniquilar a la raza humana y que, por supuesto, la prensa se limitaba a hacer llegar al pueblo una realidad como la copa de un pino. Sin potenciarla, sin provocarla, sin buscar hasta debajo de las piedras del infierno.

Claro que también creía en los duendes y en que los reyes magos se reunían cada Navidad con Don Juan Carlos y Doña Sofía en una recepción oficial antes de ponerse a repartir juguetes a mansalva en las casas de los niños buenos y con padres de clase media, media lata, alta, despreciablemente alta.

Bendita moda. Que, Ralph Pedro J. y Polanco & Luquino nos cojan confesados.

Deportividad ante todo

¡Me cago en la tortilla francesa, las felaciones, Napoleón y la Torre Eiffel!

Qué puta es la vida. (A veces).

Aquél hombre de ojos vidriosos no dejaba de mirarme. Hubiera jurado que guardaba una uzi debajo de la barra. Pedí un vodka con limón y me acurruqué intimidado en uno de los sofás.

¿Me invitas a una copa? -me preguntó una colombiana despampanante mordiéndose el labio inferior.

¿Qué coño hacía yo ahí? Debería estar en casa y no en un bar donde la copa cuesta catorce euros.

Supongo que no sólo las putas son putas. Todos nos vendemos ante algo. Todos tenemos un precio. El cuánto es lo que nos diferencia a unos y otros, pero todos somos putas y putos en algún momento. Supongo.

Carla - dudo que se llamase así de verdad - decía que no comprendía por qué se legalizan los matrimonios homosexuales y no su condición. No entendía por qué ella no podía gozar de una Seguridad Social ni de los privilegios con los que cuentan el resto de los trabajadores. Era una prostituta, pero mucho más coherente que otros putos que se venden de otra manera, igual o menos digna.

Por supuesto no le invité a la copa, pero decidió conversar conmigo. Nunca había entrado a un club de alterne y nunca volveré a pisar uno. Un amigo, más aventurero que yo, me animó a entrar. Sentí lástima pero no me arrepiento de haber pasado una hora en aquél sofá, salvo por el dolor de cabeza que me provocó el maldito garrafón.

La prostitución es una triste pero contundente realidad. Con nombres y apellidos. No vale cerrar los ojos ni mirar para otro lado. Cientos de mujeres se ganan así la vida. Muchas venden sus cuerpos para conseguir papeles, para saldar una deuda, para subsistir. Su dignidad no está en duda. Su situación sí.

Una preguntita

¿Qué cojones hace la gente para tirarse veinte minutos en una taquilla de Renfe? ¿Compran billetes para toda la temporada?

Si es muy fácil; Buenas, un billete para dondecoñosea el viernes a las cinco. ¿Ah, que no hay? ¿Y qué horas tiene? A las 6, a las 8 y a las 10... Vale, pues a las 6. Pago con tarjeta y carné joven. ¿Firmo aquí, verdad? Vale, muchas gracias. Adiós, que lo pase usted bien.

Y ya está. Cinco minutos si la cosa se tuerce mucho. ¿Pero por qué hay señoras y señores que se pasan las horas muertas? ¿De qué hablan? No se puede ser tan indeciso. No es física ni psicológicamente posible.

Ayer me pasó exactamente eso cuando fui a acompañar al Pato a Chamartín. Dos señoras aguantaron VEIN-Te minutos de pie, hablando con el pobre muchacho de la taquilla. Me dieron ganas de preguntárselo, pero nos tocó en otra taquilla y me quedé con la duda y con muy mala baba.

Pero es que pasa lo mismo en la cola del cine, de la frutería, del estanco, del banco y de la madre que lo parió. Por el amor de Dios, ¡qué alguien me lo explique! Si mi apreciada lectora o lector es uno de esos misteriosos seres prolonga-colas, por favor, ¡resuélvame esta duda que me tiene loco! Si no, agradecería saber que no estoy solo en mi desesperación.

Sin más, seguiré con mis cosas.

Lágrimas color carmín

Y entonces reventó una bomba en un asilo de ancianos. Otra más. El cielo irakí volvía a iluminarse y la tierra temblaba un día más. En Tel Aviv, al menos por un día, solo volaban las almohadas. Mientras tanto, los asesinos de Miguel Angel Blanco se reían mientras una madre y una hermana lloraban al escuchar cómo dos balas terminaron con la vida de alguien cuyo delito - qué vergüenza - era ser concejal. Se ríen, no escuchan, sencillamente parecen no estar ahí. ¿Son de verdad? ¿Su pasotismo y despreocupación es real? ¿Qué les hace tanta gracia? ¿Qué demonios les pasa por la cabeza?

¿Debemos deshumanizarles? ¿En serio? Me niego a creer que son bestias carniceras con una frialdad sobrehumana. Las cosas no pasan porque sí. La gente no mata ni vive sin más.

No son demonios, ni máquinas. No les concedamos ese privilegio.

Hitler no era Lucifer. Ni Mussolini. Ni Milosevic, ni Stalin, ni Sadam, ni el IRA, ni lo es Al Qaeda y mucho menos ETA.

Tampoco son locos. Ni desequilibrados. Son conscientes de sus actos. Son responsables. Están orgullosos de sus actos.

Si no comprendemos que existen razones - no hablo de justificación - que llevan a un ser humano a convertirse en un asesino, quizá no logremos nada. Seguirán así. Seguiremos así. Matando y muriendo por nada y para nada.

Y las lágrimas seguirán corriendo mezcladas con sangre y odio.

Resumen breve y riguroso.

1:1 En el principio creó Dios los cielos y la tierra.
1:2 Y la tierra estaba desordenada y vacía (...).

... No le terminó de convencer y siguió haciendo marquetería. En siete días se hizo un zoológico entero, con cuidadores y todo. Los cuidadores, que eran como Él pero en pequeñito, aprovechando que el jefe se había ido a descansar se lo montaron por su cuenta y ahí se jodió todo.

Sí, luego Dios se cabreó un par de veces, pero viendo que tampoco servía de mucho se sacó una ley de la manga a la que llamó El libre albedrío y nos dejó a nuestro aire.

Años más tarde, nadie tenía muy claro qué era eso de Dios y cada uno se lo apañó a su manera. Los cuidadores cada vez tenían menos que cuidar puesto que estaban bastante ocupados lanzándose dioses los unos a los otros.

Algunos construyeron tubos con muchas lentes para ver si encontraban al Dios verdadero, lo encontraron y lo llamaron Nebulosa.

De ese modo, poco a poco la palabra Dios dejó de tener sentido y se convirtió en un eufemismo más.

Así hoy, los cuidadores rigen el mundo y construyen cosas a su imágen y semejanza y las llaman Cortocircuito, C3Po y Microondas. Unos descansan y otros no paran. Unos matan y otros miran hacia otro lado.

¿Y Dios?

Se quedó encerrado en el lavabo y allí no hay ventanas.

La Biblia según YO (fragmento).

Vamos con los titulares.

El mundo está raro. Vuelven a secuestrar niños. La Unión Europea le dice a Bush que si tiene un rato, que igual podía cerrar Guantánamo, pero que si no que tampoco pasa nada. Bush se lo plantea pero acusa a tres presos de suicidarse para hacerle pupa. Un guardia civil le mete un tiro a un tío sin querer y el tío sin querer, se muere. Naciones Unidas sugiere a Irán que si va a seguir construyendo armas nucleares le asegure que son para consumo personal. Medio Madrid sale a la calle para gritar al gobierno que ni se le ocurra hacer tratos con ETA, al menos que no se entere nadie de que los hace. Acebes-falto de memoria política- sentencia que el gobierno no puede tomar ciertas decisiones sin pedir permiso al pueblo; después lo bañan en huevos. Y la Selección mete cuatro goles al equipo de Shevchenko...

Bueno, no sé si está raro pero pone nervioso.

De mayor, soplapollas

Quiero ser un hijo puta.

De pequeño quería ser paleontólogo. Ahora me conformo con ser un cabrón. Pero de los de verdad. Un egoísta, un chulo, un vago, un creído, un pelota, un listo, un falso, un ególatra, un rencoroso, un crápula, un aprovechado, un vendemotos.

Me reiré de los que creen en mí. Henchido de gloria me aprovecharé de los que me tiendan la mano por pensar que debemos hacer cosas los unos por los otros sin pedir nada a cambio. Fingiré ser buena gente, incluso tímido. Prepararé mi estrategia y mearé encima de los peleles. Echaré la culpa a otro. Nunca lo reconoceré. Y si me pillan, diré lo siento con cara de imbécil y tenderé la mano al desgraciado que confió en mí.

Que les den por el culo a los lelos que piensan que todo el mundo es bueno hasta que se demuestre lo contrario. Que se jodan los compañeros, los que saben más, los que saben menos, los tontos del haba. Que se jodan pero que vivan muchos años para poder trepar por sus coletas y poner mi suela en su boca antes de patearles la cara para coger impulso.

Primero yo, después yo, siempre YO.

Sólo entonces volveré a mi pueblo para mirarles a todos desde las alturas y enseñarles cómo brilla mi orgullo.

Hazme caso. Sólo así crecerás como persona. El prestigio y la pasta es lo único que importa. Lo demás son tonterías. Ni amigos, ni familia, ni enemigos. Humanizar tu entorno te hace débil y torpe.

Que asco me dan los hijoputas. Ojala fuese uno de ellos.

Aquí iba a estar yo.

¡Opá, a hostias por el mundial!

Resulta que La Sexta emite los 47 partidos del mundial de Alemania, pero sólo Cuatro retransmite en vivo y en abierto los que juegue la selección española. Digital+ se encarga de cobrar por emitir aquellos que La Sexta difunda en diferido. Antena 3 y Telecinco se quejan porque no se llevan ningún trozo de la tarta.

Y yo, neófito pero interesado en esto, me quedo embobado con las alas que le salen a Casillas después de prender fuego al esférico de un hostiazo de esos que hacen mucho ruido y rompen nueces si lo paras con la garganta.

Mi inglesita se ha comprado una camiseta ajustada de España en Suiza (sí, viaja más que Curro) y el pato me prestó la suya para sacarme una foto gruñendo como la plantilla del Canal de Polanco. Tiene cojones la cosa. Un servidor, al que le cuesta lucir el rojo y gualda sin añadir un poco de licor de mora, empieza a sentir cómo le hierve la sangre para gritar España a los cuatro vientos cuando pasemos de cuartos (sería bonit0). Claro que con tanto número, tanta mano de Dios y tanto himno no sé si voy a ser capaz de seguir el rollo.

En fin, que si no encuentro una camiseta "oficial" en La Latina tendré que pintarme la cara con tomate y mostaza. Y una gotita de mora si eso.

Suerte y a por todas.