30 julio 2006
22 julio 2006
Oui, oui, c´est moi
Soy un tipo tranquilo, sin grandes aspiraciones y con mucho tiempo libre para leer las obras completas de Proust y analizar el asombroso equilibrio natural del guepardo al distribuir su peso posando para La 2.
Qué cojones, ni siquiera pongo los documentales para echarme una siesta porque yo me duermo hasta de pie. Me apasionan tantas cosas que no sé por cual decantarme y de calmado nada; me pongo histérico hasta para pedir el pan.
Por todo esto y aquello y lo de más allá no me queda otra que sentirme orgulloso de ser quién soy y no buscar el código de barras en mi espalda. Aún así, lo tendré por ahí escondido y algún día pitaré en el supermercado.
Lo auténtico.
Buscar ser auténtico es un invento de una multinacional más como San Valentín y los realitis. Y ahí está el dilema. ¿Quién eres? ¿Qué eres? ¿Cuándo eres tú mismo y cuándo dejas de serlo?
Y lo más importante; ¿a quién coño le importa? Bebe, fuma, compra, vende, roba, folla lo que quieras. Pero eso sí amigo, sin joder a nadie, que no está el horno para bollos.
Qué cojones, ni siquiera pongo los documentales para echarme una siesta porque yo me duermo hasta de pie. Me apasionan tantas cosas que no sé por cual decantarme y de calmado nada; me pongo histérico hasta para pedir el pan.
Por todo esto y aquello y lo de más allá no me queda otra que sentirme orgulloso de ser quién soy y no buscar el código de barras en mi espalda. Aún así, lo tendré por ahí escondido y algún día pitaré en el supermercado.
Lo auténtico.
Buscar ser auténtico es un invento de una multinacional más como San Valentín y los realitis. Y ahí está el dilema. ¿Quién eres? ¿Qué eres? ¿Cuándo eres tú mismo y cuándo dejas de serlo?
Y lo más importante; ¿a quién coño le importa? Bebe, fuma, compra, vende, roba, folla lo que quieras. Pero eso sí amigo, sin joder a nadie, que no está el horno para bollos.