En lo que fumo un cigarrito
Primera calada.
Tengo que dejarlo. Algún día. Esta mierda hace que me sienta física y anímicamente destrozado. Claro que de vez en cuando me sienta como un Actimel de los cojones.
Segunda calada.
Ni me he enterado. Voy a por otra.
Tercera calada.
Está rico. Pienso en Bogart y en Groucho Marx. Mierda. Los dos están muertos. Dejo que el humo se escape lentamente entre mis labios.
Cuarta calada.
Me deja la garganta seca.
Quinta calada.
Apenas lo retengo en mis pulmones. Quizá ni si quiera haya llegado. Iluso
Sexta calada.
Se me jode la conexión a internet. Retengo el humo. Sale por la nariz. Se me mete en el ojo derecho. Pica.
Séptima calada.
Cambio de mano. Ahora es la izquierda la que se volverá amarilla. Me recuerda a la de uno de los Simpson. ¿Alguno de ellos fuma? Quizá simplemente estén enfermos. Hepatitis C, D, X o B1. Puede que sean chinos. Chinos americanos.
Octava calada.
Parece que hubiera pasado la lengua por el kilómetro 2 de la M30.
Novena calada.
Llego hasta el filtro. La disfruto. Apago el cigarro en mi cenicero azul mar. Sigue saliendo humo. Nunca aprenderé a apagarlos como el Patito manda. Lo aplasto hasta que emite su último suspiro.
No. No voy a dejarlo. En la SER hablan de una demanda patrimonial por daños y perjuicios contra el Estado. Muchos establecimientos comerciales necesitan vender tabaco más que el aire. Dicen que puede ser inconstitucional. Zapatero fuma. Y Rajoy no veas.
Nos hemos vuelto todos gilipollas.
2 Comments:
El tabaco mata, pero desde que sé que el oxígeno es el causante del envejecimiento humano me he vuelto más condescendiente.
Yo, como no fumador, ya sabéis lo que opino pero según está últimamente la cosa es difícil dar tu opinión sin que te tachen de intolerante.
Publicar un comentario
<< Home