¿Es un pájaro? No, es un avión. Un inmenso y pesado avión.
Me separo del suelo a las 17:20 horas. Tres horas a tropecientos pies de altura y estaré en Londres. Un poco más que lo que se se tarda de Burgos a Madrid. Preferiría viajar drogado, borracho o dormido, pero lo más probable es que me mantenga despierto desde que se enciendan los motores hasta que vuelvan a apagarse ya en suelo británico. Me ponen malo los trastos con alas. Son muchas toneladas en cielo abierto. No hay trucos. Nada visible los sujeta. Viajo sólo así que no tendré a quién agarrarme cuando el pajarraco metálico haga cosas normales para los pilotos pero demasiado desconcertantes para un tío al que le encanta tener suelo donde pisar. No hay problema. Los pasajeros que viajen a mi lado descubrirán lo rápido que es capaz mi rostro en convertirse en una pantalla líbida. En fin. Una vez haya aterrizado, procuraré pasarlo bien y no hacer nada que ustedes no harían. O no. Nos vemos en cinco días. ¡Brighton, allá voy! Y a la vuelta lo mismo. Salud.
2 Comments:
ENHORABUENA por el premio.De verdad. Un abrazo
Gracias, guapetona.
A ver cuando probamos ese magret!!!
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